A vueltas con las definiciones

Del ultimo seminario sobre coaching recuerdo el vivo debate sobre los límites del coaching, la práctica clínica de la psicología,  la formación o  la consultoría.
En ese momento no me interesó mucho el debate. Pero me pareció divertida la necesidad de establecer rayas entre ellos y nosotros. Salí prácticamente con las mismas dudas que entré y ahí siguen algunas de ellas.


¿Qué no es coaching?

1.- Sobre la Psicología escribe Yoriento "Cierto es que ambas áreas se encaminan  hacia la solución de un posible problema de las personas afectadas; pero mientras la psicología trata al individuo como un enfermo, que necesita de un tratamiento y de un especialista que solucione su estado (incluida la necesidad de fármacos)".

He hecho un breve seguimiento de 4 personas que han seguido una terapia psicológica al mismo tiempo y en diferentes ciudades. Ninguna de las cuatro tuvo un diagnóstico patológico si bien recibieron sesiones de desarrollo. Por cierto, en dichas sesiones utilizaron técnicas y herramientas compartidas con el proceso de coaching. Sin embargo un coach no podría haber diagnosticado si había una patología, por ejemplo depresión, ni por supuesto tratarla. 

2.- Rodrigo Miranda diceno es Mentoring. El concepto de mentor se asocia con el de una persona que forma a alguien a su imagen y semejanza. Bueno, esa intencionalidad se la ponemos nosotros. Quizá el mentor quiere ofrecer su experiencia a su mentado sin coartarle su propio desarrollo. ¿Sería entonces coaching?
Supongo que el coach no debería transmitir su sistema de valores, o creencias limitantes a su coachee, el mentor lo haría orgulloso de trasmitir su sabiduría.
El de coach no tiene esa connotación. El coach no transmite conocimientos. No imparte formación pero si ofrece conocimientos en técnicas y herramientas. 
Si alguien no cumple un compromiso, un mentor podría decir: "Usted me ha desilusionado desilusionado". En cambio un coach dice: cambio, "Esto es lo que usted dijo que haría, y no lo está haciendo". Esa es una gran diferenciación para el que específicamente el coach necesita entrenamiento y talento. 

3.- 
 No es consultoría. Porque  los consultores traen sus propias soluciones. El mismo escueto argumento se aplica a los psicólogos. Como si el cliente/paciente no dirigiese en ambos casos su propio desarrollo a partir del papel facilitador, y ahí está la clave, porque en este concepto podrían caber muchas de estas técnicas con diferentes nombres.

4.- 
 No es formación. La formación transmite conocimientos. Unas veces si y otras entrena habilidades o cuestiona creencias limitantes, pero en grupo. Este tipo de planteamiento se utiliza a menudo en concreto para el desarrollo de habilidades directivas y es formación tradicional. En ella el formador es claramente un facilitador. 

5.- Eso respecto a todo lo que no es. Pero la gran dificultad es saber lo que si es o dicho de otra manera que técnicas tiene cabida en el proceso. Juan C. Cubeiro lo define como “preguntas abiertas, con descubrimiento personal, con la valentía de atreverse a actuar, con mejora en el comportamiento”. 
Y que ocurre cuando utilizamos un vídeo, una lectura, preguntas dicotómicas, o explicamos la existencia de creencias erróneas. ¿Eso no es no coaching?

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