Cine: Crash. Colisión


Siempre he preferido el cine que además de entretener deja un poso al final. Optimista o pesimista, risueño o triste, en definitiva reflejo de la vida. Un cine que despierte emociones:
Crash es una de esas películas que juegan con la confluencia de la vida de distintos personajes unidos por el espacio y el tiempo.
 En 2005 y tras cientos de años de realidad multicultural, USA sigue siendo un lugar donde los prejuicios separan. Y lo hacen por encima de clases sociales, profesiones o formación.
 La crítica de la época denuncia como el espectador es manipulado desde un “panorama desolador”, edulcorando el resultado final para rebajar la crítica sobre la que Paul Haggis ha montado la película.
 Sin embargo, justo en este punto es donde nosotros encontramos mayor interés en el argumento. Un hilo conductor en el que ni los buenos son tan buenos, ni los malos tan malos.
 Tan pronto un criminal filósofo nos convence con sus argumentos como una asustada madre de familia se vuelve una feroz racista.
 Un título mucho menos comercial hubiera sido: prejuicios y situación.
 Prejuicios, en la medida que todos estamos afectados por juicios previos que hacemos extensivos a una o varias colectividades.

 El problema surge cuando los asistentes a un curso o a un entrenamiento en entrevistas de selección asumen estar libres de prejuicios. En la película sería el caso de quien es capaz de darse cuenta de sus propios prejuicios y dejarlos de lado en algunas situaciones. Así comienza a sentirse libre de ellos.

Pero lo cierto es que según comentamos en el post, prejuicios todos atribuimos ciertos comportamientos negativos a ciertos grupos sociales unos microsegundos antes a que otros, como por ejemplo en el que nos encontramos incluidos. En la película vemos como un joven que pone en riesgo su vida antes de permitir una nueva injusticia es vencido por el miedo oculto que en el fondo de su mente tiene otro grupo social, desatando una nueva tragedia. ¿Héroe o villano?

 Si bien nuestros prejuicios nos hacen tener “la escopeta cargada” ante algunas personas, ¿Cuál es el disparador?.¿Qué es lo que hace que una “buena persona” a través de sus pensamientos genere una emoción primitiva en “términos de atacar o huir”?.

 Ahora sabemos que en buena parte la situación que vive la persona favorece unos u otros comportamientos. Recordamos el experimento en la Universidad de Stanforfd (ver experimento) que tuvo que detenerse cuando personas normales interiorizaron sus papeles como carceleros y encarcelados comenzaron a desarrollar comportamientos sumisos y agresivos en extremo.

Aunque los críticos le pedían una mayor defensa y/o condena de ciertos comportamientos, la película nos deja una reflexión más interesante.


¿Qué podría llegar a hacer yo en una situación así?

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